Limón, 28 de junio de 2025 — En una jornada impregnada de fe, esperanza y profunda alegría, la Diócesis de Limón vivió un momento histórico y lleno de bendición con la visita de la imagen de la Virgen de los Ángeles, en el marco del Bicentenario de su patronazgo sobre Costa Rica.
Ni la lluvia detuvo el fervor de los limonenses, quienes, desde muy temprano, y provenientes de lugares tan distantes como Guápiles, Valle La Estrella, Talamanca, y muchos otros rincones, llegaron hasta la Catedral de Limón para encontrarse con la Madre del Cielo. La lluvia, lejos de ser obstáculo, se transformó en bendición; una suave señal del cielo que acompañó los cantos, las lágrimas y las plegarias de un pueblo que esperaba este encuentro con amor y devoción.
A las 7:30 a.m., la imagen llegó a la Casa de las Hermanas de la Caridad de la Madre Teresa, donde fue recibida por Monseñor Javier Román Arias, el padre Luis Aguilar, posteriormente, la Virgen visitó el Hospital de Limón, llevando consuelo, luz y esperanza a quienes atraviesan momentos difíciles en su salud.
Al llegar a la Catedral Diocesana, la imagen fue colocada en una hermosa barca decorada con rosas frescas, hojas de eucalipto y detalles simbólicos: los nombres de todas las parroquias, los cuatro últimos obispos de Limón, los planes diocesanos de pastoral signos del camino sinodal. Este altar vivo reflejaba el alma de un pueblo profundamente mariano, que hoy se unía para honrar a su Madre en la fe.
Una homilía desde el corazón
Durante la solemne Eucaristía, celebrada en un ambiente de recogimiento y fervor, Monseñor Javier Román pronunció en su homilía:
“Estamos de fiesta en toda nuestra diócesis. La Virgen María, Madre del Cielo, forma parte fundamental del ser costarricense, de su vida y de su historia”
Recordó que, a lo largo del tiempo, María ha sido refugio y esperanza en las pruebas de nuestra nación y finalizó con un llamado particular:
“Pidamos su intercesión, especialmente por el pueblo de Limón, tan necesitado de paz, justicia e igualdad social. ¡Que la Virgen de los Ángeles proteja Limón!”
Finalizada la Misa, la devoción no se apagó. Los fieles permanecieron en oración, con el Rosario, ofrecieron una emotiva serenata y una danza afrocaribeña como signo de la diversidad cultural que enriquece nuestra diócesis. La imagen de la Virgen era contemplada con ternura, como quien mira a una madre que siempre está presente.
Pasadas las 4:00 p.m., llegó el momento de la despedida. En un gesto conmovedor, Monseñor Javier Román alzó la imagen original de la Virgen de los Ángeles, tal como fue hallada hace casi 400 años, y la mostró al pueblo. Un silencio reverente envolvió el templo. Era como si el mismo cielo abrazara a Limón.
Esta visita no fue solo un evento litúrgico; fue una experiencia transformadora. La Virgen tocó los corazones, unió a comunidades y renovó la fe de un pueblo que anhela ser guiado por el amor y la justicia.
“Virgen de los Ángeles, Patrona de nuestra patria, quédate con nosotros, bendice nuestras familias y tráenos la paz. Con tu intercesión, somos un pueblo más fuerte, más unido y más fiel”.